Todo en nuestro mundo estĆ” relacionado con la tecnologĆa y tras la crisis sanitaria derivada del Covid-19, los que no habitaban en el mundo digital han debido adaptarse de un modo bastante brusco a experiencias nunca antes vividas: teletrabajo, educación a distancia, atenciones mĆ©dicas por videollamada, gimnasio por streaming, y muchos otros.
El distanciamiento social nos cambió las reglas y nos obligó a adaptarnos de manera tan rĆ”pida que el gran desafĆo hoy es reinventarse a todo nivel. No hacerlo en el caso de los paĆses serĆ” sinónimo de no acercarnos al desarrollo; en el caso de las empresas, de perder negocios y eventualmente desaparecer, y para las personas serĆ” transformarse en seres analógicos incapaces de aprovechar las bondades de la economĆa digital.
En tan solo un mes hemos visto miles de empresas en Chile y millones en el mundo que se reformularon para sobrevivir a la pandemia. Un ejemplo de ello son los hoteles que se han transformado en hospitales y otro mƔs clƔsico, son los miles de cafƩs y restaurantes que han desarrollado su lado delivery en tiempo rƩcord.
Empresas que nacieron en el mundo digital tambiĆ©n han tenido que ingeniĆ”rselas para sobrevivir. Airbnb tuvo que reinventarse ante la baja de reservas de alojamiento en todo el mundo; y en vez de suspender su negocio, estĆ”n ofreciendo alojamiento a personal de la salud que estĆ”n en la primera lĆnea de la pandemia para que duerman en lugares cercanos a su trabajo, y a la vez estĆ©n seguros de no transportar el virus a sus familias. Ya lo estĆ”n probando en Inglaterra, Francia y EspaƱa.
En nuestro paĆs los ejemplos abundan. Grandes empresas decidieron bajar ciertas producciones para abocarse a fabricar insumos relacionados con la emergencia del coronavirus: vemos cerveceros fabricando alcohol gel con el insumo que dejan fuera en las cervezas cero o clĆ”sicas fĆ”bricas de calcetines estĆ”n aprovechando su conocimiento y trabajo con hilos de cobre en la producción de mascarillas.
En el caso de la Pymes: al delivery se suman las que antes confeccionaban disfraces y ahora hacen mascarillas o trajes médicos con tal de no bajar la cortina y dejar sin trabajo a sus colaboradores. RÔpidamente pequeños negocios incluso de barrio han comenzado a usar herramientas tecnológicas de catÔlogo electrónico o redes sociales para ofrecer sus servicios por Internet.
Muchos gimnasios han sido una gran sorpresa. La mayorĆa se encuentran cerrados por el aislamiento obligatorio, pero hay un buen numero que dieron la vuelta y llegan a las casas a travĆ©s de distintas plataformas en vivo, hay casos en que esto ha resultado ser sólo una buena salida hasta otros en que ha llegado a ser un Ć©xito en ventas.
Una reflexión que vendrÔ cuando la pandemia pase y vayamos retornando a una normalidad que, por cierto nunca serÔ como antes, es que para avanzar, las empresas y las personas debemos entender que trabajar en el mundo digital no es exclusivo de los informÔticos, se nos ha puesto delante una nueva realidad: ya no seremos competitivos si no aprendemos y explotamos de mejor manera las  herramientas digitales que estÔn disponibles hace mucho tiempo, y por supuesto tendremos que seguir desarrollando nuevas habilidades que hemos empezado a aprender.
Lo que estĆ” en juego es nuestra capacidad de reinventarnos y la crisis sin duda es un muy buen momento para ello. Estar atentos a lo que estĆ” pasando en mi entorno, con mis clientes, con mi equipo de trabajo, Ā cómo puedo seguir colaborando, y estar abierto a sumarnos aprovechando la tecnologĆa puede hacer la gran diferencia para no quedarnos fuera del juego.
MarĆa Victoria Puentes Cosmelli
Gerente General de Manager Software